El primer misionero del pueblo guaraní en Paraguay fue Roque González de Santa Cruz, un sacerdote jesuita. Como resultado, los católicos lo veneran como mártir y santo. Roque González de Santa-Cruz nació en Asunción, capital de Paraguay, en 1576, hijo de nobles padres españoles. Nadie dudaba de que Roque sería sacerdote por su excepcional carácter moral.