Elizabeth fue una princesa de Hungría y landgravina de la provincia de Turingia en Alemania, también conocida como Santa Isabel o Santa Isabel. Elizabeth tenía 14 años cuando se casó y 20 cuando enviudó. El dinero que recibió por la muerte de su marido se utilizó para crear un hospital donde ella misma atendía a los enfermos. A consecuencia de su muerte a la edad de 24 años, fue canonizada el 25 de mayo de 1235. La Iglesia Católica la reconoce como santa y la honra como tal. Fue miembro fundadora de la Tercera Orden de San Francisco y ahora es su patrona debido a sus contribuciones a la orden.